Mediante esta práctica se pretende realizar un análisis de un espacio lúdico concreto. A partir de éste, conoceremos la normativa aplicada al lugar en cuestión, sus diferentes apartados y requisitos y procederemos a valorar el grado de puesta en práctica de la norma.
Además, seremos más conscientes de los numerosos engranajes que deben encajar en un espacio lúdico para que el niño, de acuerdo a su derecho al juego, otorgado en la Declaración de los derechos del niño de 1959 por la ONU, pueda disfrutar plenamente de las estructuras lúdicas orientadas a conseguir un desarrollo integral (habilidades motrices, sociales…) contemplando los factores de seguridad necesarios para no poner al niño en peligro.
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